Estar en forma no solo mejora tu salud física: también potencia (y mucho) tu rendimiento sexual. Sí, tanto en hombres como en mujeres. ¿Quieres saber por qué? Te lo contamos.

 

¿Por qué el deporte mejora tu vida sexual?

Según estudios publicados en revistas especializadas como British Journal of Sports Medicine o The Journal of Sexual Medicine, hay al menos cinco razones de peso de cómo influye la práctica deportiva en el rendimiento sexual, te las explicamos a continuación:

1. Aumenta la resistencia, la energía y la flexibilidad.

Tu cuerpo aguanta más y se adapta mejor. Así mejoras el control muscular, la capacidad para mantener relaciones durante más tiempo y la facilidad para experimentar nuevas posturas sin esfuerzo. Además, fortalece los músculos del suelo pélvico, claves para el placer sexual: intensifica el orgasmo en mujeres y ayuda a controlar la eyaculación en hombres.

2. Activa la circulación sanguínea.

Un mejor riego mejora la sensibilidad en zonas erógenas como genitales, labios, cuello o pechos. También ayuda a prevenir disfunciones sexuales: mejora la lubricación y la respuesta física en ambos sexos.

3. Regula las hormonas.

El ejercicio aumenta los niveles de testosterona y andrógenos, responsables del deseo sexual. Y de paso, mejora el estado de ánimo y la autoestima.

4. Reduce el estrés y la ansiedad.

El deporte disminuye el cortisol (la hormona del estrés) y activa las endorfinas, generando esa sensación de euforia natural que tan bien sienta... también en la cama.

5. Te hace sentir mejor contigo mismo

Cuando te miras al espejo y te gusta lo que ves, eso se nota. Estás más seguro, te sientes más atractivo/a y eso impacta directamente en tus relaciones.

Por qué el deporte mejora tu vida sexual. Aumenta la resistencia, la energía y la flexibilidad.  Activa la circulación sanguínea. Te hace sentir mejor contigo mismo.

¿Qué deportes ayudan más?

No todos los entrenamientos afectan igual. Estos son los que más se asocian con una mejora en el rendimiento sexual:
Correr: Mejora la salud cardiovascular, regula las hormonas y reduce el estrés.
Ciclismo: Fortalece piernas y glúteos, clave para el control pélvico.
Yoga: Aumenta la flexibilidad, el control de la respiración y la conexión cuerpo-mente.
Crossfit: Dispara la testosterona, mejora la postura y potencia el deseo sexual.
Baile (zumba, bachata, salsa…): Ganas confianza, fluidez corporal y conexión con tu pareja.
Natación: Aumenta la resistencia y capacidad pulmonar, perfecta para relaciones más largas y sin fatiga.
Deportes de equipo (fútbol, baloncesto, vóley…): Mejoran la energía, la motivación, el deseo y el estado físico general.

Por último, la clave está en combinar fuerza, cardio, flexibilidad y confianza corporal.
Y recuerda: entrenar está bien. Pero recuperarte bien, también. Porque cuidar tu cuerpo —dentro y fuera de la cama— te lleva mucho más lejos.

La próxima semana, te compartiremos rutinas semanales para mejorar tu rendimiento sexual desde el deporte y la recuperación. Stay tuned.

 

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